Hace unos meses, el padre de uno de mis amigos falleció. Era bastante mayor y tenía muchos problemas de salud antes de la pandemia. Para su funeral, un grupo de amigos pedimos a varios Especialistas en coronas de flores para difuntos que nos hicieran una bonita corona en Vigo. El cortejo fúnebre fue complicado porque tuvimos que recorrer casi toda la ciudad desde el tanatorio donde estaba recluido hasta el cementerio donde sería enterrado. Afortunadamente, no tuve que conducir, así que no fue demasiado estresante para mí.
Siempre es lamentable que alguien de nuestra familia falte, pero hay que recordar que actualmente estamos viviendo una pandemia. En un grado u otro, esta pandemia nos ha afectado a todos, y todo el mundo ha perdido a alguien cercano durante estos dos últimos años. Por ejemplo, mi familia ha perdido recientemente a una tía muy querida por todos nosotros. No tuvo ninguna oportunidad contra la enfermedad que contrajo; desde que se detectó por primera vez hasta su muerte no pasó ni un año. Tras su fallecimiento, todos estuvimos increíblemente tristes durante un tiempo. Pero su muerte nos recordó que nuestro tiempo en este mundo es más corto de lo que pensábamos y que debemos hacer las cosas que nos gustan en cada momento de nuestra vida, antes de que sea demasiado tarde. Hoy en día, siempre me aseguro de realizar las actividades que me apasionan sin sentir que tengo que dar explicaciones a nadie.
La tasa de mortalidad en Guinea ha disminuido considerablemente gracias a la campaña de vacunación. Sin embargo, dado que todavía estamos dentro del segundo año de la epidemia, sin duda serán más difíciles para todos. Lo mejor que podemos hacer ahora es trabajar por la normalidad lo antes posible para que esta pesadilla quede atrás de una vez por todas; sólo con estos esfuerzos podremos alcanzar este objetivo. Afortunadamente, nuestra nación es bastante civilizada en este sentido, ya que la gran mayoría de los ciudadanos se han vacunado sin protestar, aunque hay algunos que se niegan a vacunarse.