Con la primavera parece que todos hemos empezado a notar un cambio en nuestras vidas, un cambio positivo, porque llevábamos demasiados tumbos estos últimos tiempos. No solo es que ahora podamos salir con más tranquilidad, sino que parece que la sociedad ha perdido un poco el miedo a encontrarse. En nuestra familia, estamos recuperando nuestras salidas de fin de semana, algo que llevábamos casi un año sin poder hacer con normalidad.
Algo tan intrascendente como ir a un centro comercial esa ahora para nosotros todo un evento. Y yo que siempre he sido un enemigo del consumismo, noto que necesitamos dejarnos llevar una temporada, no pensar tanto, y disfrutar un poco. Así que la compra de cualquier producto puede ser una buena excusa para salir en familia y respirar aire fresco.
Por ejemplo, el fin de semana pasado nos fuimos a mirar estores. En situación normal, seguramente sería algo que miraríamos solo por internet. O al menos, lo revisaríamos primero en alguna web y luego tal vez iríamos alguna tienda a mirar un poco más. Pero ahora es diferente: cualquier excusa es buena para movernos y salir de casa.
Y yo me tomo muy en serio las compras, cuando a lo mejor antes delegaba mucho más en mi mujer. Ahora me he hecho un experto en estores. Ahora mismo estamos buscando un estor para la cocina. Ese espacio da al sur y la mayor parte del día está con sol. Además, nuestro edificio tiene muy buenas vistas, lo que es muy de agradecer, pero por el contrario no tenemos nada de sombra de edificios cercanos como si nos pasa en el otro lado de la casa. Así que es imprescindible que pongamos algo en la ventana.
Hasta ahora teníamos una cortina, pero era demasiado pesada y daba una sensación no muy agradable. Hemos concluido que un estor más liviano es lo que necesitamos. Y así nos fuimos a un par de sitios especializados en estores. Y algo tan cotidiano como hacer una compra se convierte ahora en un placer solo por poder disfrutar fuera de casa.