El mejor anfitrión cuando hay fútbol


Queda en casa a ver un partido de fútbol es una de las actividades más divertidas cuando hace mal tiempo y no apetece estar en un bar. En el calor del hogar, se puede juntar a un grupo de gente e, incluso aquellos o aquellas a las que no les guste el fútbol, se lo pasarán bien con el ambiente y la conversación.

Hay quienes son expertos anfitriones en este tipo de eventos y saben cómo hacer para que todo el mundo esté a gusto y lo pase en grande. Estas son algunas ideas para convertirse en el mejor, a la hora de los partidos. Pero cuidado, porque tu casa puede convertirse en el centro de reunión oficial y habrás dejado el listón alto.

Si el partido enfrenta a dos rivales de esos que tiene historia, como un Real Madrid-Barça y tienes amigos forofos de ambos equipos, divide tu salón en dos partes. Solo tienes que comprar globos de los colores de los equipos que se enfrentan y decorar con ellos el espacio de sofás o zonas de sillas en los que se va a sentar cada grupo, para que queden bien identificados. Ni siquiera hay que tener sillas para todo el mundo, cojines o mantas en el suelo pueden ser suficientes para acomodar a la gente.

El picoteo es algo muy importante. Seguramente, tus amigos traerán algunas cosas. Incluso podéis poneros de acuerdo sobre qué tiene que aportar cada cual. Pero como anfitrión te tocará poner el toque especial para la reunión y eso puedes conseguirlo con un par de botellas de vino tinto espadeiro condes de albarei. La recomendación es disfrutarlo en el descanso, cuando todo el mundo está animado.

Si en tu pandilla hay alguna persona que puede perder un poco los papeles y que suele causar discusiones, hay que buscar alguna forma de tranquilizarlo para que no arruine lo que a priori es un gran encuentro. Una buena idea es organizar un sistema de tarjetas. Pueden quedar en manos de alguien que no sea de ninguno de los dos bandos o que no sea especialmente forofo del fútbol. Previamente, todos deben de comprometerse a cumplir las sanciones. Si alguien insulta, grita demasiado o causa incomodidad, se le quita tarjeta amarilla. A la segunda, tarjeta roja y expulsión a la cocina durante un par de minutos, que se irán duplicando si se repite la sanción. Así, todos se lo pensarán antes de agriar la tarde.