Conocer los sintomas cancer cervix ayuda a identificarlos y a poder realizar a tiempo un diagnóstico de este problema. Muchas mujeres creen que si tiene un cáncer tienen que notar un fuerte dolor y grandes molestias, pero lo cierto es que cuando la enfermedad está comenzando todo puede iniciarse con molestias de carácter muy leve.
El sangrado entre ciclos es algo que ocurre a algunas mujeres durante toda su vida fértil. Pequeñas pérdidas que pueden tener muchas causas de poca importancia, pero que deben de ser, en todo caso, evaluadas por el médico. Son muchas las razones por las que se puede producir un sangrado entre regla y regla y en la mayor parte de los casos, son de poca importancia.
No obstante, estas pérdidas de sangre pueden ser el primer síntoma de un cáncer de cérvix, por lo que hay que acudir al ginecólogo cuando ocurren más de una vez para que sea quien encuentre la causa que pueda haber tras el problema. Esto es todavía más importante si estas pérdidas se producen también tras el coito o la mujer comienza a sentir molestias y dolores cuando este se produce.
Hay ocasiones en las que el cáncer de cérvix muestra síntomas que son difíciles de identificar, por ejemplo el dolor de espalda. Una mujer a la que le duela la espalda en su parte baja pensará en un problema de lumbalgia o en un problema de su columna, pero no en un cáncer en el cuello del útero. Pero el dolor puede irradiarse a esta zona de la espalda y ser fácilmente confundido con otro problema. Normalmente, también duele la zona pélvica, pero todo va a depender de dónde esté situado el cáncer y qué nervios pueda estar tocando o contra qué paredes del útero crezca.
Lo mejor es realizarse revisiones ginecológicas cada año acompañadas de ecografías y de citologías para poder comprobar si todo funciona bien en la zona reproductora femenina. Cualquier problema con la menstruación o cualquier sangrado fuera del habitual debe de ser comentado al ginecólogo en la revisión para que pueda valorarlo.
El cáncer de cérvix si se diagnostica a tiempo tiene solución e incluso puede permitir que la mujer sea madre tras haber sido operada, por lo que es tan importante detectarlo en sus estados iniciales, cuando todavía no ha afectado al útero ni tampoco a los ovarios.