De setenta a ochenta mil divorcios al año: una media de separaciones tan alta explica por qué la guarda y custodia de los hijos —con la problemática que conlleva— destaca entre las ocupaciones centrales del abogado especialista en derecho de familia Vigo, La Coruña y otros municipios.
Para determinar la custodia, el juez responsable del caso valora aspectos como la capacidad económica del progenitor para atender las necesidades del menor/es. Estas comprenden la asistencia médica, la seguridad o la alimentación, por citar solo unos ejemplos.
Otro factor primordial es el interés superior del menor, concepto que antepone el bienestar del niño desde un punto de vista físico, emocional y académico. Igualmente trascendental, para resolver este conflicto, es el parecer del menor. A partir de cierta edad, la opinión del interesado cobra fuerza para el tribunal y puede influir en su decisión.
Desde la óptica de la legislación española, la estabilidad y bienestar emocional debe estar asegurada con el progenitor sobre el que recaiga la custodia. Sin esta condición, existe el riesgo de que la convivencia pueda impactar negativamente en el desarrollo del menor.
Asimismo, se valora la voluntad y buena disposición del progenitor para el cumplimiento de sus obligaciones de guarda y custodia. Para determinarlo, el juez evalúa la disponibilidad de tiempo de cada progenitor con base al horario laboral, sus obligaciones, etcétera.
La ubicación del domicilio paterno entra en juego en la mayoría de juicios de custodia. En otras palabras, la proximidad geográfica de su residencia con respecto al centro de estudios o a la clínica (en caso de seguir un tratamiento médico, por ejemplo) se valora de forma positiva.
Por otra parte, la decisión de los tribunales se fundamenta en el historial previo del progenitor y su relación con el niño. Que el padre pueda mantener una relación cordial con el otro progenitor también será visto favorablemente por los tribunales.