Moaña es una localidad situada en la comarca del Morrazo, frente por frente con Vigo. Al contrario que otras localidades de la zona de Moaña no es tan conocida ni tiene tanta afluencia turística, lo que no quiere decir que no tenga visitantes, pero tal vez no tantos como otros puntos de las Rías Baixas. Pero eso es un punto a su favor, porque quién acuda a conocer este lugar podrá disfrutar de más tranquilidad, especialmente en verano cuando todos los pueblos de la costa se convierten en hormigueros de gente.
Es un lugar perfecto para una tarde diferente, realizando la ruta vigo moaña barco. Un paseo muy agradable en verano, pero que también puede resultar atractivo durante el invierno, cuando no llueve y se va a una hora temprana, porque las vistas son muy atractivas y el aire puro sienta realmente bien. Pero si se prefiere, se puede viajar a cubierto en la parte inferior del barco, a resguardo y sin frío.
Una vez en Moaña, las opciones son varias. Uno puede limitarse a dar un paseo por el pueblo y buscar sus puntos más atractivos y turísticos, como algunas de sus iglesias o la escultura de O Fisgón, situada en el espigón. La estatua es un homenaje a los pescadores que realizaban labores con “fisga”, una especie de tridente que era típico de la zona en otros tiempos. Pero precisamente por ese tridente, son muchos los que relacionan la escultura con Neptuno, el dios mitológico del mar.
Tras la caminata, se pueden coger fuerzas en cualquiera de los locales de hostelería de Moaña, sobre todo en los de la zona del puerto, disfrutando de una merienda, una bebida o si se ha hecho un poco más tarde, de una suculenta cena. Por supuesto, los productos frescos relacionados con el mar son los más recomendables, ya que es seguro que serán de calidad y sabrán cómo prepararlos de la mejor manera.
Tras la cena, toca coger el barco de vuelta a Vigo. Un paseo que al atardecer puede ser particularmente bonito por los colores del cielo si se hace en primavera o en verano. En invierno, la vuelta será ya de noche y nos llevará de vuelta a la ciudad olívica tras haber disfrutado de una tarde distinta ya sea con los amigos o con la familia, sin haber tenido que irnos demasiado lejos.