Aún no he recuperado la figura


Ivan acaba de cumplir dos meses y no, aún no he perdido el peso que gané durante el embarazo para el horror de toda esa gente cargada de buenas intenciones que se acerca a comentarme que es mejor que me ponga a dieta cuanto antes, que es una pena que no vuelva al peso de antes de embarazada, con lo guapa que me había quedado tan delgadita.
De acuerdo. Sé que es mejor no dejar pasar mucho tiempo porque de otra forma me costará mucho más, pero ¿a qué viene esa obsesión con que las mamis tenemos que volver a estar estupendas ya mismo?
Lo siento, en este momento tengo cosas más importantes en las que pensar que en volver a caber en mis vaqueros de antes.
Recuerdo que hace unos meses Anne Hathaway enseñó en su cuenta de Instagram una foto de unos vaqueros que había cortado a medio muslo para poder ponérselos porque decía que dudaba de que sus piernas volviesen a caber en algo tan estrecho, recordando a quienes hacían comentarios sobre su peso que con más o menos kilos era la misma persona y que en ese momento lo que más le importaba era disfrutar de su bebé.
Creo que lo voy a imprimir en unas tarjetas para llevarlas en el bolso. Así la próxima vez que alguien haga un comentario sobre mi peso, le daré una acompañada de una sonrisa y cambiaré de tema.
Por cierto, sé que no viene a cuento pero muchos me habéis preguntado por el coche que mi vecino me dejó en préstamo tan generosamente. Tenéis curiosidad por saber si lo tengo ya todo lleno de rayones. Siento decepcionaros, pero ese mito de que las mujeres no sabemos aparcar si no es “de oído” es solo eso. Un mito.
Yo aprendí a conducir en un Renault de segunda mano y el día que ese coche se fue al desguace, tras más de diez años conmigo, tenía menos arañazos que el día que lo compré. Si alguien no se lo cree, tengo las fotos que lo demuestran.