¿De verdad pueden las palabras bizcocho, chocolate y saludable ir juntas en una frase y tener sentido? Lo cierto es que sí, si sabemos escoger los ingredientes. Además, podemos juntar sabroso a la frase porque el bizcocho que vamos a hacer está para chuparse los dedos.
Para empezar, compra cacao desgrasado en polvo online. Si es posible, elige una variedad sin azúcar, un cacao puro que sea totalmente saludable. Es el primer paso para que tu bizcocho sea natural y lo más sano posible y necesitarás dos cucharadas, tres si te gusta el sabor intenso a chocolate. Hablamos siempre de cucharadas soperas rasas.
El resto de ingredientes serán 4 cucharadas de harina de avena (vale avena integral pasada por la batidora o incluso salvado de avena); 4 cucharadas de gluten de trigo o de salvado de trigo; 4 cucharadas de leche en polvo desnatada; 4 cucharadas de queso en crema ligero; 3 huevos; una cucharadita de levadura en polvo tipo Royal; 3 huevos.
Separa las yemas de las claras y sube estas últimas a punto de nieve. Mezcla el resto de los ingredientes y bátelos con la batidora hasta conseguir que queden bien mezclados. Puedes hacerlo también a mano, pero con la batidora todo quedará más fino. Puedes añadir un poco de edulcorante apto para el horno o, si lo prefieres, dátiles o plátano para dar dulzor al gusto. Por último, añade a mano las claras de huevo a punto de nieve con movimientos envolventes. Con este paso conseguirás que el bizcocho quede más esponjoso.
Prepara un molde que puedes engrasar con un poco de aceite y harina o con spray para evitar que la masa se pegue. Rellena con la mezcla y ponlo en el horno. Dependiendo del aparato, puedes comenzar con calor abajo y cuando veas que está cerca de estar listo, encender el grill para darle color por arriba o puedes poner calor arriba y abajo y el ventilador en un programa de repostería. El tiempo dependerá del tipo de horno y del molde usado ya que cuanto más alto sea el bizcocho, más tiempo necesitará. Pincha con un palillo para comprobar cuando sale limpio y entonces estará listo. Apaga el horno y deja que enfríe con el bizcocho dentro. Disfruta del bizcocho cuando esté frío para que sea más digestivo. Está riquísimo tanto solo como mojado en café.