Cada miembro de la familia, a sus obligaciones


Suena el despertador por la mañana y la casa cobra vida. Normalmente, uno de los padres se levanta antes y prepara los desayunos de toda la familia mientras el otro se ocupa de que los niños estén listos a la hora y tengan sus mochilas debidamente preparadas. Cuando se tiene la suerte de tener horarios que lo permitan, la familia puede desayunar junta antes de acudir a sus respectivas obligaciones.

Este sería el cuadro ideal de una mañana de un día laborable, pero por desgracia no es lo más habitual. Normalmente, los padres no tienen horarios compatibles con los hijos y es una verdadera locura ponerse de acuerdo para poder estar todos a la hora en sus respectivas obligaciones. Incluso se hace necesario contar con una persona que se encargue de que los niños desayunen y cojan el autobús para el colegio a su hora cuando los padres entran a trabajar muy pronto.

Todo esto se complica si un abuelo llega a vivir a la casa, especialmente si hablamos de alguien que necesita atención y ayuda durante todo el día, como es el caso de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer. ¿Qué se puede hacer en estos casos? Pues lo más adecuado es buscarle al abuelo sus propias actividades y “obligaciones” para que su día sea tan completo como el del resto de personas de la familia.

El primer paso es buscar un Centro de dia Madrid que se adapte bien a los horarios de la familia. Uno de los padres puede llevarlo cada mañana o bien puede utilizar un servicio de recogida al que le puede acompañar la misma persona que lleva a los niños al colegio. De este modo, cada mañana, el abuelo se preparará igual que el resto de la familia para salir y hacer cosas en lugar de quedarse en casa con una persona que lo cuide, pero sin nadie con quién hablar.

Y además de no tener con quién hablar, en casa tampoco reciben la atención terapéutica adecuada para sus problemas de salud, las cuales sí recibirán en un centro de día donde siempre hay equipos de profesionales que valoran al anciano y le ofrecen las mejores alternativas para su estado, contribuyendo a que mantengan en lo posible la actividad mental y física.

Cuando el día termina, todos vuelven a casa, incluidos los mayores, que pueden de este modo dormir en casa y estar con los que más quieren.