SIEMPRE IGUAL


Desde niños ya nos acostumbran a hacer cada día las mismas tareas para acostumbrarnos a la vida que nos espera en el futuro, todos los días son iguales te levantas vas al colegio, juegas un poco y a cama que al día siguiente se repite de nuevo.

Y de adulto, te levantas y vas al baño como un zombi a desperezarte con una ducha calentita que en invierno cuesta salir de ella, después te diriges a la cocina a prepararte el desayuno con un poco de café con leche central asturiana, unas pocas tostadas con un poco de mantequilla y mermelada o unas galletitas, no sería estupendo si después de la ducha ya tuviésemos el desayuno hecho con bollería recién hecha y un zumo de naranja recién exprimido, pero esos son sueños de ricos que nunca se nos harán realidad.

Después nos dirigimos cada uno a su trabajo a tener que aguantar cada uno a su jefe durante ocho horas o más según sea el caso y después de nuevo de vuelta a casa para cenar e ir a dormir para empezar de nuevo al día siguiente, no sería mucho mejor un mundo distinto sin tener tantas responsabilidades y tantos problemas, pues claro que sí pero eso es un sueño que nunca podremos conseguir a menos que nos toque alguna clase de lotería lo tenemos complicado.

Por más que lo intentemos o tenemos un golpe de suerte o vamos a tener que vivir un día tras otro la misma vida que por momentos nos parece buena pero que por otros momentos no nos parece tan buena, todo se ve siempre desde el punto de vista de nuestro estado de ánimo.

Cuando estamos de vacaciones son los pocos días del año en que de verdad puedes disfrutar de otras rutinas que no son las que normalmente haces, por lo que más se disfruta esos días es por no tener que ir a trabajar y tener que aguantar a tu jefe dándote órdenes a todas horas, poder relajarte por unos días es un placer que no todo el mundo se puede permitir así que hay que disfrutarlos antes de volver a nuestra rutina.