Intolerancia al gluten, inflamación y flora intestinal


La celiaquía, el síndrome del intestino irritable y la enfermedad de Crohn tienen en común la presencia de inflamación, así como una flora intestinal (microbiota) alterada. Esta es la conclusión a la que han llegado varios estudios recientes y que podría proporcionar una nueva arma para mejorar la calidad de vida de miles de personas afectadas por una de estas enfermedades.
Cuando se formuló la teoría del intestino permeable y de cómo en determinadas personas las alteraciones de su flora afectaban a la barrera del intestino, dejando que tóxicos o bacterias patógenas se filtrasen hacia la cavidad abdominal, recibió pocos apoyos de la comunidad médica que tachaba esta idea de poco científica. Sin embargo, estudio tras estudio han encontrado señales que parecen confirmar que el intestino permeable si existe y que es un mecanismo común a todas las enfermedades digestivas de tipo inflamatorio.
Se sospecha que podría estar también relacionado con la fibromialgia, la fatiga crónica, la depresión y otras enfermedades como el asma o la psoriasis.

DIETA ANTI-INFLAMATORIA
Una dieta específicamente anti-inflamatoria tiene no solo una ausencia total de alimentos con gluten, sino también una eliminación temporal o permanente de todos los alimentos o productos de los que se sospecha que puedan causar inflamación o alterar la flora intestinal.
Los pacientes que han hecho este cambio de dieta durante al menos 60 días han encontrado una clara mejoría en sus síntomas, así como una mayor sensación de energía y claridad mental.
La dieta anti-inflamatoria se basa en platos preparados con alimentos reales, poco o nada procesados. Elimina los potenciadores de sabor, los sulfitos, los azúcares añadidos, todos los cereales (incluso los que no tienen gluten), las legumbres, los edulcorantes y todos los derivados de la soja.

PROBIOTICOS Y PREBIOTICOS
Otra de las medidas que puede reducir la severidad de los síntomas es dar prioridad a los alimentos que son prebióticos o probióticos naturales, así como otros complementados con probióticos como es el caso de la leche celíacos, un producto que añade Bifididobacterium longum ES-1 que tiene la capacidad de restaurar la flora intestinal y reducir la inflamación.