La diarrea del viajero es el nombre que recibe el proceso de diarrea que algunas personas sufren cuando viajan a zonas en las que el agua puede no ser del todo salubre o en las que no se cuenta con las mejores condiciones higiénicas.
Normalmente, el problema se produce por una bacteria y eso hace que la persona afectada sufra malestar, cólicos, diarreas e incluso fiebre. Este problema puede acabar frustrando las vacaciones ya que, aunque no es grave resulta bastante molesta.
El tratamiento es sencillo, generalmente antibióticos y algún tipo de medicación para cortar las diarreas de esas que se venden sin receta. Incluso si no hay fiebre y la diarrea no es intensa, solo con esta medicación puede ser suficiente.
Pero, aunque este tratamiento puede hacer que la diarrea desaparezca en menos de 24 horas, quedan las secuelas como pueden ser el malestar y las digestiones poco agradables. Esto es debido a que el proceso de la enfermedad ha arrastrado consigo a la flora intestinal. En el caso de la toma de antibióticos esto es mucho más marcado ya que los antibióticos no solo se cargan a la bacteria perjudicial, sino también a las beneficiosas que habitan nuestro intestino.
Por eso, además de la medicación es importante elevar el consumo de probióticos. Esto lo podemos hacer con tratamientos de la farmacia o mediante métodos naturales. Por ejemplo, consumiendo yogur con bífidus. Los bífidus son un tipo de probiótico que se suma a los ya naturalmente presentes en el yogur, consiguiendo así reforzar sus efectos beneficiosos.
De esta manera, el proceso de recuperación será mucho más rápido y pronto se podrá recuperar la normalidad y comer prácticamente de todo. Eso sí, con precaución de que se haga en las condiciones higiénicas adecuadas para no sufrir una recaída que sería más fuerte al tener el intestino ya sensible.
Para evitar la aparición de la diarrea del viajero se recomienda que cuando se viaja a determinados países no se use agua que no esté embotellada, ni siquiera para lavarse los dientes, y se evite comer en establecimientos que no estemos seguros al cien por cien que cumplen con las normas higiénicas. En todo caso hay que evitar consumir alimentos de cualquier tipo en puestos callejeros, beber en fuentes públicas o tomar bebidas con hielo, ya que este tiene agua que acaba formando parte de la bebida que tomamos.